Tomaz Vesel
Prefacio

Gober­nanza del fútbol

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La Comisión de Auditoría y Conformidad tiene muy presente que, a pesar de que el 2020 comenzó muy bien, pronto resultó ser un año muy complicado para todos. ­

«La FIFA pone el listón muy alto en materia de cumplimiento no solo para sus miembros, sino para el resto de organismos deportivos.»
Tomaž Vesel
Presidente de la Comisión de Auditoría y Conformidad de la FIFA

Desde 2016, la FIFA trabaja sin descanso por convertirse en el máximo exponente de las buenas prácticas; para ello, ha ido rediseñando sus sistemas de auditoría y de control interno. 2020 sirvió de gran prueba para estos sistemas, y gracias a los esfuerzos conjuntos de todos los implicados, los diferentes mecanismos demostraron su viabilidad y eficacia.

Los inicios fueron muy complejos, pero la Comisión de Auditoría y Conformidad no detuvo nunca sus actividades de supervisión y las ejecutó en todo momento con el mismo nivel de máxima calidad, en especial por lo que respecta a los fondos Forward. La intensidad de las labores de vigilancia de los órganos judiciales no se vio afectada en ningún momento, la Comisión de Gobernanza siguió debatiendo los asuntos pendientes y la Comisión de Control no se retrasó en uno solo de los exámenes de idoneidad. Por su parte, las comisiones permanentes dejaron patente que su función está totalmente integrada dentro de la institución. Al mismo tiempo, las auditorías internas y las estatutarias siguieron contribuyendo a la eficiencia de este sistema tan firme.

No obstante, las inmensas repercusiones en el fútbol de la pandemia de coronavirus hicieron necesaria una respuesta sin precedentes por parte de la FIFA. Gracias a sus sólidos resultados financieros, la FIFA pudo reaccionar a la COVID-19 con rapidez, ayudando a aquellas federaciones que lo necesitaban. Para ello, puso a su disposición un amplio paquete de ayudas por valor de 1500 millones de USD. Dar respuesta a las necesidades más acuciantes de las federaciones miembro supuso una gran responsabilidad; había que garantizar que los fondos se invirtieran de manera inteligente y correcta y disponer de un mecanismo de control de las diferentes etapas de distribución de los fondos asignados a través del Plan de Apoyo de la FIFA COVID-19. Para ello, se creó un comité de dirección, encargado de supervisar y controlar la administración del plan y sus efectos en los beneficiarios y en el fútbol en general. La Comisión de Auditoría y Conformidad será el filtro final de este sistema de control.

Asimismo, la FIFA siguió liderando los ámbitos de gobernanza y cumplimiento en el mundo del deporte con actividades tales como la tercera edición de la Cumbre de Cumplimiento o la publicación del Manual de Cumplimiento, una guía práctica para las federaciones miembro con la que asesorarlas a la hora de establecer sus propias estructuras de cumplimiento y de fortalecerlas.

La FIFA pone el listón muy alto en materia de cumplimiento no solo para sus miembros, sino para el resto de organismos deportivos. Hay que tener siempre presente que la financiación asignada por la FIFA a sus federaciones miembro pertenecerá siempre al fútbol; no debe malversarse de ninguna manera, ya que supondría marcarle un gol en propia puerta al deporte rey, el cual esperamos ver pronto brillando más fuerte que nunca en todo el mundo.

Tomaž Vesel
Presidente de la Comisión de Auditoría y Conformidad de la FIFA