Prefacios
El cambio tiene dos maneras de llegar: se puede planear, o se puede imponer. En 2020, experimentamos ambas opciones.
Poco después de publicar mi visión para conseguir que el fútbol sea realmente global, en la que se fijaban los objetivos principales de la FIFA para el próximo cuatrienio, el mundo, y nuestro deporte en particular, se vio sacudido por la pandemia de COVID-19. A pesar de que habíamos planificado nuestras metas con detenimiento, vimos claro, como órgano rector del fútbol mundial, que la situación nos exigía adaptarnos y actuar deprisa para proteger al fútbol sin medias tintas, con la salud siempre como máxima prioridad.
Los 1500 millones de USD que pusimos a disposición del fútbol con el Plan de Apoyo de la FIFA COVID-19 son el ejemplo de la responsabilidad que asume la FIFA en beneficio del fútbol y su comunidad. Además, es una clara muestra de la nueva gestión financiera que se está haciendo en la FIFA desde 2016.
No obstante, no solo ofrecimos apoyo económico, sino que también actuamos para proteger nuestro deporte de otras maneras. Junto con la Organización Mundial de la Salud y las FIFA Legends, transmitimos a la comunidad futbolística y a la sociedad mensajes esenciales para resaltar que la salud es lo primero. Nos manifestamos absolutamente en contra del racismo rampante que no tiene cabida en el fútbol ni en la sociedad y unimos fuerzas con la UNODC, una institución venerable que puede ayudarnos en la lucha contra el crimen organizado, la corrupción y los abusos en el fútbol.
Asimismo, vimos de primera mano cómo el fútbol tiene el poder de cambiar la sociedad: en Catar tuvo lugar una reforma de calado en las condiciones laborales de los trabajadores, incluidos los implicados en los preparativos de la Copa Mundial de la FIFA™ de 2022. También se hizo patente con la firma de un memorando de acuerdo histórico entre la federación de Israel y la de Emiratos Árabes Unidos, otro claro indicador de la fuerza que posee el fútbol para acabar con las barreras sociales, culturales y políticas.
El Consejo de la FIFA votó a favor de enviar la Copa Mundial Femenina de la FIFA™ a nuevos horizontes en 2023, con Australia y Nueva Zelanda como coorganizadoras de un torneo plagado de estrenos: se celebrará por primera vez en el hemisferio sur, con dos confederaciones como anfitrionas y con la participación de 32 selecciones.
No obstante, entre tanta actividad, hay una cosa que se echó terriblemente en falta: el público. A pesar de que el fútbol ha vuelto, siguiendo el Protocolo de partidos internacionales de la FIFA que vela por la seguridad de jugadores y personal durante la pandemia, la falta de aficionados demuestra cuánto aportan a nuestro deporte. El público anima a los futbolistas. Es el jugador número doce. Es, en definitiva, el alma del fútbol.
En 2020, el fútbol detuvo y reanudó su actividad, pero solo cuando podamos disfrutar con seguridad de estadios llenos hasta la bandera podremos celebrar de verdad ese regreso. Y pueden confiar en que haremos todo cuanto esté en nuestra mano para conseguir que suceda en unas condiciones óptimas de seguridad.
Saludos deportivos,
Gianni Infantino
Presidente de la FIFA
En 2020, la FIFA se puso firme y con la mirada al frente para paliar los problemas que atravesaba el mundo del fútbol como consecuencia de la pandemia de COVID‑19.
Casi nadie estaba preparado para la que se ha convertido en la mayor crisis global de nuestro tiempo. El papel de la FIFA como guardiana del fútbol cobró más importancia que nunca antes, ya que se abandonaron los terrenos de juego y muchos de los miembros de la comunidad del fútbol miraban hacia el futuro con incertidumbre.
El Fondo de Apoyo de la FIFA COVID-19 ha ayudado a proteger y preservar el fútbol en todo el mundo y ha permitido que nuestras federaciones miembro y confederaciones puedan seguir compitiendo.
Mediante el fondo destinado específicamente al fútbol femenino que forma parte de nuestro programa de ayuda, hemos podido mantener el impulso generado por la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019™ y garantizar que el balompié femenino no perezca víctima de la pandemia.
A pesar de los numerosos retos a los que nos enfrentamos en 2020, afortunadamente la FIFA pudo seguir realizando desde la distancia muchas de sus operaciones cotidianas.
Ejemplo de ello es la puesta en marcha del nuevo Programa de desarrollo del fútbol femenino de la FIFA y de muchos proyectos a través del Programa Forward de la FIFA, cuyos objetivos son impulsar y empoderar a todos los miembros de la comunidad del fútbol.
También introdujimos una nueva y ambiciosa iniciativa que encarna plenamente los valores de La visión 2020-2023: el Programa de Desarrollo de Talento de la FIFA, que lidera Arsène Wenger, nuestro director de Desarrollo del Fútbol Mundial. Mediante este proyecto, se analizan las características específicas del ecosistema futbolístico de cada una de las 211 federaciones miembro, las cuales también reciben asistencia para elaborar una estrategia de futuro basada en sus fortalezas.
Esta iniciativa práctica supone un gran paso para lograr el objetivo de la FIFA de mejorar los estándares del fútbol en todo el planeta y garantizar que todas las jóvenes promesas tengan su oportunidad de brillar.
A lo largo de 2020, la FIFA demostró su compromiso con la transparencia y la buena gobernanza, de las cuales son fiel reflejo las estrictas condiciones de uso del Plan de Apoyo de la FIFA COVID-19.
Desde los inicios, la FIFA ha publicado —detallando hasta el último céntimo— las cifras que han recibido cada una de las federaciones y confederaciones, las cuales pueden encontrarse al final del Informe Anual de 2020. Por otro lado, hemos aumentado aún más la transparencia del Programa Forward de la FIFA con un mapa interactivo publicado en FIFA.com que ofrece información gráfica sobre la adjudicación de los fondos y su uso.
Huelga señalar que una de las facetas más difíciles de 2020 han sido las restricciones sociales que hemos sufrido. Aunque no pudimos celebrar el Congreso de la FIFA de manera presencial y muchas de nuestras interacciones se han llevado a cabo a través de webcams y pantallas en el último año, hemos permanecido unidos trabajando por nuestra meta común, es decir, proteger, preservar y desarrollar el fútbol, el deporte que ocupa nuestros corazones, quizás ahora más que nunca.
Estoy orgullosa de que, a pesar de los retos y dificultades a los que la FIFA, las federaciones miembro.
y las confederaciones han tenido que enfrentarse durante 2020, salimos al campo como un equipo fuerte y unido, y continuaremos demostrando que la solidaridad y la resiliencia resisten el paso del tiempo y ayudan a superar cualquier dificultad.
Cordialmente,
Fatma Samoura
Secretaria general de la FIFA