In memoriam ­

El talento imprevisible y la carismática presencia dentro y fuera de la cancha de Diego Armando Maradona, probablemente el futbolista más icónico que ha habido nunca, lo convirtieron en un ídolo para los aficionados de todo el mundo. El Pelusa guió a Argentina como capitán hasta dos finales de la Copa Mundial de la FIFA™ y se impuso en la de 1986, una edición en la que ganó además el Balón de Oro y marcó el que en 2002 sería distinguido por la FIFA como Gol del Siglo.

Tras haber sido descubierto con ocho años, Maradona causó sensación ya desde adolescente. Debutó como profesional a los 15 años con Argentinos Juniors, donde promedió un gol por partido en 116 encuentros. En 1979, brilló con luz propia en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA, liderando a Argentina hacia la victoria.

Después de haber ayudado a Boca Juniors a ganar la liga argentina y haber disputado su primera Copa Mundial de la FIFA™ en 1982, el FC Barcelona lo fichó por 7.5 millones de USD, un traspaso récord en aquel entonces. Durante dos turbulentos años en la Ciudad Condal, marcó 38 tantos, ganó la Copa del Rey en 1983, sufrió una lesión de tobillo que puso en peligro su carrera y se vio envuelto en no pocos problemas disciplinarios.

A pesar de eso, en 1984 el Nápoles volvió a pagar por él un montante récord de 10.5 millones de USD. Así, Maradona inició un venturoso periodo de siete años en el que llevó al conjunto napolitano a convertirse en el primer equipo del sur de Italia en ganar la Serie A en 1987, a conquistar su primer trofeo europeo con la Copa de la UEFA 1989, y a sumar un segundo título liguero en 1990.

Cuando se marchó de Nápoles en 1992, Maradona estaba considerado un dios allí del mismo modo que en su patria, y el club acabó retirando oficialmente el dorsal número 10 como reconocimiento a la gran contribución del argentino a su palmarés.

Tras cumplir una sanción de 15 meses por dar positivo en un control antidopaje, Maradona jugó en el Sevilla FC español y en el Newell’s Old Boys argentino antes de volver con su primer amor, Boca Juniors, donde puso fin a su carrera como jugador.

Después de retirarse en 1997, se reconvirtió a entrenador, y fue el seleccionador de Argentina en la Copa Mundial de la FIFA™ Sudáfrica 2010. Pero pese al respaldo indefectible de los aficionados, su carrera en los banquillos no alcanzó nunca las cotas de su extraordinaria trayectoria como jugador.

Cuando Senegal hizo su debut en una Copa Mundial de la FIFA™ en Corea/Japón 2002, las expectativas de sus hinchas no eran muy altas, ya que se enfrentaba a la vigente campeona, Francia, en el partido inaugural. Pero los Leones de la Teranga sorprendieron a la campeona mundial y a todo el planeta con una explosiva victoria gracias a un gol de Papa Bouba Diop que dejó a todos boquiabiertos.

Diop entró en los anales de la historia del fútbol deslizando la pierna para marcar el tanto de la victoria y el primer gol de su país en una Copa Mundial de la FIFA™. El potente y altísimo mediocentro encarnó la velocidad, la fuerza y la técnica de Senegal durante una campaña inolvidable, en la que la selección de África occidental se convirtió en un rival temible a escala mundial y en el favorito de los aficionados neutrales.

Tras sus reveladoras actuaciones con Senegal en el Mundial, Diop jugó en la Ligue 1 francesa con el Lens y en varios clubes de la Premier League inglesa, donde los hinchas lo apodaron «el Armario» por su imponente complexión.

Desgraciadamente, Diop perdió la batalla contra la enfermedad de la neurona motora con apenas 42 años. Su nombre, no obstante, sigue vivo en la historia de la Copa Mundial de la FIFA™.

«Don Nacho» Trelles no solo era un excelente líder como seleccionador, que ocupó el banquillo de El Tri en tres Copas Mundiales de la FIFA™, sino que también tuvo un éxito prolongado en competiciones nacionales, ganando más títulos de la LigaMX (7) que ningún otro entrenador. Con su gran personalidad y sus innovaciones en materia táctica y de bienestar, ayudó a revolucionar el fútbol mexicano.

Sus esfuerzos pioneros llevaron a que se dotase por primera vez a la selección de un cuerpo técnico y un personal de apoyo completo, incluidos ayudantes y médicos. Asimismo, en el Mundial de 1966, decidió alinear a tres defensas centrales y dos carrileros con México en un partido contra Inglaterra; una táctica inusitada por aquel entonces.

Después de 43 años como entrenador, Trelles se despidió por fin de los banquillos tras dirigir al Puebla en la temporada 1990/91. Sin embargo, se mantuvo activo varios años más como coordinador de la cantera de Cruz Azul, donde ocupó un puesto honorífico muchísimos años.

Al proceder de una familia con escasos recursos económicos, Jack siempre estuvo muy unido a su hermano pequeño Bobby, a quien sacaba dos años. La complicidad entre ambos alcanzó su apogeo deportivo el 30 de julio de 1966, cuando Inglaterra conquistó la Copa Mundial de la FIFA™ disputada en terreno británico.

Jack disputó todos los partidos en ese glorioso campeonato, formando pareja en el eje de la zaga con el capitán Bobby Moore. La defensa inglesa solamente encajó tres goles durante todo el certamen, dos de ellos en la final.

El central militó toda su carrera en las filas del Leeds United, donde jugó 773 partidos entre 1952 y 1973. Allí ganó la Copa de la Liga en 1968, el título liguero en 1969 y la Copa de Inglaterra en 1972.

Tras colgar las botas, Jack se reconvirtió a entrenador, y empezó dirigiendo al Middlesbrough y al Sheffield Wednesday. En 1986 se hizo cargo de la selección de la República de Irlanda y comandó la época más gloriosa en la historia de los Boys in Green. A sus órdenes, el combinado irlandés se clasificó para su primera Copa Mundial de la FIFA™ en Italia 1990, donde alcanzó los cuartos de final. Regresó a la gran cita mundialista en Estados Unidos 1994, dos años antes de despedirse del mundo del fútbol.

Hari Raj Naicker fue un pionero que vivió para servir al fútbol en su Fiyi natal y, en general, en la región de Oceanía. Famoso por su disciplina y su sentido de la justicia, Naicker se entregó en cuerpo y alma a este deporte durante 60 años.

Tras convertirse en árbitro de la FIFA en 1975, dirigió partidos durante nada menos que 17 años antes de retirarse. Sin embargo, su implicación con la FIFA no terminó ahí, ya que pasó a ser el primer instructor de arbitraje de la FIFA fiyiano, transmitiendo todo lo aprendido durante su experiencia como árbitro internacional en Australia, Nueva Zelanda, Malasia y por todas las naciones isleñas del Pacífico.

Asimismo, ejerció como secretario nacional de la Asociación de Árbitros de Fútbol de Fiyi desde 1975 hasta 2002, y como presidente de la Comisión de Arbitraje de la Federación Fiyiana de Fútbol entre 1997 y 2005.

Naicker fue reconocido muchas veces por una profesionalidad y pasión ejemplares. Su federación nacional le nombró administrador del año en 1993. El Comité Olímpico Fiyiano le concedió la Orden Olímpica de Fiyi y la FIFA le honró con motivo del 62.º Congreso de la FIFA en Budapest, donde se convirtió en el tercer fiyiano en recibir la Orden del Mérito de la FIFA por sus servicios al fútbol durante toda una vida.

Paolo Rossi será eternamente un héroe nacional en Italia, principalmente por sus seis goles que ayudaron a los Azzurri a ganar la Copa Mundial de la FIFA™ España 1982, hito por el que fue apodado cariñosamente «Pablito».

Rossi ganó el Mundial de una manera extraordinaria en su mejor momento de forma tras haber cumplido poco antes dos años de sanción por su implicación en un escándalo de amaño de partidos que afectó a la Serie A y la Serie B italianas en 1980.

Inició su carrera en la Juventus y tuvo muchos problemas con las lesiones en esa etapa inicial. Al gozar de pocas oportunidades en el primer equipo, se marchó al Vicenza para jugar en segunda división. Allí su suerte cambió y, en la temporada 1976-1977, contribuyó al ascenso del equipo a la Serie A como máximo goleador del campeonato. El delantero mantuvo su buena forma en la campaña siguiente y volvió a ser el máximo artillero de un Vicenza que se proclamó subcampeón de liga.

Su gran momento con su club le valió un puesto en la convocatoria de Italia para la Copa Mundial de la FIFA™ 1978, donde anotó 3 goles. Sin embargo, poco después se vio lastrado de nuevo por las lesiones, y acabó marchándose al Perugia en busca de minutos.

Tras el Mundial de 1982, regresó a la Vecchia Signora, donde —además de verse galardonado con el Balón de Oro por la revista France Football en 1982— ganó multitud de trofeos, incluida la Recopa de Europa, la liga italiana y la Copa de Europa.

Lastrado por las lesiones, Rossi se retiró prematuramente con 30 años, después de haber marcado algunos de los goles más importantes en la historia del fútbol italiano.

Ahmed Radhi está considerado uno de los futbolistas iraquíes más grandes de todos los tiempos. Fue elegido mejor jugador asiático del año en 1988, y se le conoce especialmente por haber sido el autor del único tanto de Irak en una Copa Mundial de la FIFA™ (México 1986).

Radhi, un gran goleador desde una edad muy temprana, no tardó en recibir la llamada de la selección gracias a sus buenas actuaciones con Al Zawraa, el equipo de su infancia. Defendió su escudo en tres etapas distintas como jugador y, posteriormente, también fue su entrenador.

A los 20 años, y después de haber sido una pieza importante de la selección iraquí que se clasificó para los Juegos Olímpicos de 1984, quedarse fuera de la lista definitiva que viajó a Los Ángeles le supuso una gran frustración. No obstante, aquella ausencia acabó siendo un punto de inflexión en su carrera, ya que en 1985 regresó con más fuerza y firmó doce goles con el combinado nacional.

Su momento álgido llegó a los 57 minutos del partido de la fase de grupos que enfrentó a Irak con Bélgica en la Copa Mundial de la FIFA™ México 1986. Tras deshacerse de su marcador, el delantero iraquí controló el pase de Natiq Hashim en el borde del área y su disparo cruzado al segundo palo superó al arquero Jean-Marie Pfaff. De este modo, Radhi inscribió su nombre en los libros de historia como el primer y, hasta la fecha, único goleador de Irak en una Copa Mundial de la FIFA™.

Su breve etapa en los banquillos le llevó a dirigir a Al Shorta, Al Zawraa y Air Force Club, así como a la selección iraquí sub-19. También fue presidente del Al Zawraa y miembro del parlamento iraquí.

Después de completar una discreta carrera como futbolista amateur en su Francia natal, Gérard Houllier decidió dedicarse a la educación y estuvo un tiempo dando clases en Liverpool (Inglaterra). Sin embargo, nunca perdió su pasión por el fútbol y, en 1976, cambió las aulas por el banquillo del Nœux-les-Mines, equipo de la segunda división francesa.

La trayectoria de Houllier como entrenador le llevó a dirigir al Lens y al París Saint-Germain, con el que conquistó la liga francesa en 1986. Posteriormente, llegó al combinado nacional francés, primero como ayudante y, luego, como seleccionador, aunque fue una etapa gris.

Después de entrenar a las selecciones sub-18 y sub-20 de Francia, el técnico relanzó su carrera en el Liverpool FC en 1998. El punto culminante de Houllier en Anfield llegó en 2001, cuando los de Merseyside regresaron a la gloria al conquistar los cinco títulos esa temporada, incluidas la Copa de Inglaterra y la Copa de la UEFA.

Houllier siguió sumando éxitos a su palmarés y ganó dos Ligue 1 consecutivas con el Olympique de Lyon en 2006 y 2007, pero justo después tuvo que alejarse del fútbol por cuestiones de salud. Tras poner punto final a su carrera como entrenador en 2011, Houllier aprovechó sus grandes conocimientos sobre fútbol para ejercer de asesor en varios clubes, y también estuvo al servicio del Grupo de Estudio Técnico de la FIFA.

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